Me considero una de las personas a la que le gusta enfrentar retos de aprendizaje, es decir, la manera en cómo puedo aprender tal o cual cosa y echarla a andar en los próximos minutos. Hace tiempo anduve entusiasmado jugando a diseñar portadas para libros con el programa Paint 3D, solo que este programa no es precisamente para eso. Para entender mejor de qué se trataba lo del diseño gráfico a mi auxilio llegó Margarita quien estaba como encargada de una imprenta, me dijo que su amiga Laurita era diseñadora gráfica y era ella la que diseñaba las portadas de los libros.

Cuando hablé con Laurita le pregunté por el programa que estaba usando, ella me respondió: “Es Adobe InDesign, señor Ricardo”.

Para poder usar el programa InDesign tuve que hacerme de otra computadora Laptop, porque la que tenía el Paint 3D ya andaba en las últimas.

Cuando apenas había comenzado a conocer el programa me di cuenta que la computadora se había hecho demasiado lenta, no tenía la suficiente capacidad para soportar el programa. El problema es que no es fácil estar comprando computadoras buenas cuando se desconocen las capacidades de memoria con que cuenta la Laptop, considero que debido a eso me ha llevado tiempo en aprender sobre diseño, ya que para instalar un programa es necesario primero saber si la computadora lo soporta. En este caso lamentablemente tuve que desinstalarlo.

Tuve la suerte de que hace pocos días me salieran dos oportunidades al mismo tiempo. Una amiga a quien conozco desde hace algunos años me preguntó que si le podía ayudar a redactar un trabajo el cual nos iba a llevar algo de tiempo, que le dijera cuánto le iba a cobrar  por ello. Le expliqué que con mucho gusto lo hacía, solo que mi computadora no estaba en muy buenas condiciones, pero que podíamos hacer un trato. “¿Y cuál es el trato?”, me preguntó sonriendo. “Voy a necesitar una computadora”, le respondí.

Mi amiga me adelantó parte de lo que le iba a cobrar por el trabajo.

Apresurado le hablé por teléfono a un amigo que tenía una computadora en muy buenas condiciones. Le comenté mi apuro, mi amigo dijo que me la vendía sin ningún problema. Me había concentrado tanto en el trabajo de mi amiga que no había tenido la curiosidad de explorar la computadora la cual estaba casi nueva. Cuando tuve la oportunidad de hacerlo, me di cuenta que tenía instalados dos programas interesantes: Adobe Photoshop y Adobe Ilustrator.

Preferí conocer primero Photoshop.

En todo este tiempo que he estado viendo tutoriales sobre este programa que por lo general se trata de diseño fotográfico o arte, por mi parte comencé a divertirme realizando portadas para libros, también he podido quitar el fondo a algunas imágenes para poner otro fondo diferente. Es impresionante la forma en cómo quedan las imágenes sin el fondo, es decir, si una chica está sonriendo en su casa, por decir algo, al momento de quitar el fondo y poner otro, podríamos colocar una escuela, o una playa, la imagen de la chica queda perfectamente completa, sin alteraciones visibles en el contorno, en el cabello, en los brazos o en la cara, ¡es increíble Photoshop!

Me estoy llevando una buena experiencia al usar Photoshop para los objetivos que persigo, pues el hecho de ver una portada con letras del nombre de un posible autor de libros ¡sí que se ve genial!, sobre todo ver cómo resaltan esas letras con el color de fondo.

No hace mucho tiempo vi en algunas librerías que había libros con portadas de color anaranjado como fondo, y letras blancas con nombre del autor, esa combinación de anaranjado con blanco llama mucho la atención.

Todavía no sé que me espera con Adobe Ilustrator, pero por lo que he oído, hay mucho por aprender sobre diseño gráfico, ¡que así sea!

Ricardo Hernández Hernández
Poeta y columnista

Colaborador del portal:” Hoy Tamaulipas” hasta la fecha.
Actualmente estoy cursando un “Diplomado en Creación literaria” en la Biblioteca del Centro Cultural Tamaulipas, con el maestro José Luis Velarde.